viernes, 28 de diciembre de 2012

De tractores de cabeza. SWANS.


Swans:
Me topé con el ente de Michael Gira a finales de los noventa cuando empezaba a investigar en los subsuelos y a rascar en la pared en busca de las tuberías y es así que entraron en mi vida a través de la imagen que se proyectaba en el televisor y que rodaba en una cinta de 180 convertida a SP para poder dar cabida a más minutos de grabaciones. Aquel desquicie contínuo no era otro que su "A Long Slow Screw video"(1986) una densidad que afloraba como la masa de The  Blob: arrastrada,terrorífica, poderosa e imparable. Tenía quince años y evidentemente no había visto ni oído nada tan abrasivo,cargante y vicioso en forma y fondo y es un hecho que todo el primer material de Swans lo es y aún a día de hoy me parece un mundo a descubrir por la falta de estructuras claras así como de melodías tarareables, por la imagen de la banda sobre el escenario, por Gira vaciándose entre sudores mientras navega el barco de ese martillo hidráulico gerenador de ritmos industriales dolorosos y consternadores pero,a la vez,etéreamente unidos a cierta ascensión mística que encandila y purga a través de la obsesión con la que se ejecutan sin autocomplacencia para ellos ni complacencia para el público.
Si bien es cierto que me parecieron ser siempre por su aparente integridad e histórica búsqueda de pureza musical una banda a seguir, no es hasta que me topo con "The Great Annihilator" (1994) que sé que me encuentro con un globo supremo. El disco prefecto de Swans con todo lo que quieres tener de ellos y de ellos en los demás. Aquella rodaja a la que se suele acudir para las más y las menos variopintas tareas.Para pensar y para no pensar.Para dejarse absorver y para no ser absorvido. Dualidades que se unen como en la portada evocadora del eterno retorno y por aquello de lo infinito.
Ahora salen en portadas de las revistas especializadas y están teniendo un reconocimiento muy  bien merecido que se ha visto bien encauzado con un máximo "The Seer" (2012) de dos horas de duración y que es una catarsis contínua total, resultado de toda la labor realizada durante todos estos años de investigaciones en círculos  tras un no tan laureado por la crítica ‘My Father Will Guide Me Up A Rope To The Sky’ (2010) y que a mí me chifla en demasía. Como Gira, Jarbore y todos esos secuaces psicopáticos que se escudan bajo el nombre del cisne. El ave que levanta el vuelo y se lanza en picado una y otra vez con la intención de segarse el cuello para despojarse de la conciencia adquirida y destruir el conocimiento para revalorar y nutrirse con la esperanza hacia lo nuevo descarriando el camino.